Aunque es fundamental contar con una buena red de apoyo social, como amigos y familiares, el papel de la psicóloga es diferente y complementario. Los amigos y familiares pueden ofrecer consejos desde su perspectiva y experiencia personal, pero no son especialistas en facilitar cambios profundos, presentar nuevas estrategias para afrontar conflictos o ayudar a superar situaciones que parecen sin salida. Además, su implicación emocional puede restar objetividad al abordar el problema. Una psicóloga, en cambio, proporciona un enfoque profesional, objetivo y basado en técnicas científicas, para ayudarte a comprender y solucionar tus dificultades de manera efectiva.